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¿Una Biblioteca abierta al futuro?

Carlos Camacho Campos
Jefe de la Sección de Consulta, COSEI

“El futuro no es un regalo,
es una conquista.”

Robert Kennedy

El futuro es todo aquello que aún no ha sucedido, pero que de cierto modo puede ser preestablecido, visualizado, teorizado, especulado e incluso calculado. En algunas ramas del conocimiento, los cambios pueden presentarse de manera casi inmediata y en otras, aunque se pretenda lo contrario, sólo serán posibles a mediano o largo plazo.

De antemano hay campos en donde el futuro puede vislumbrarse muy lejano, en función del tiempo transcurrido entre una situación y otra o de algún cambio relevante, tal es el caso de los ámbitos económico, social y político, por mencionar algunos. No así en otros, como el tecnológico y el científico, donde los avances se presentan en períodos muy breves de tiempo, ello porque justamente el entorno en que dicho “futuro” tecnológico y científico se mueve, se diseña, se traduce y se conforma obedece a entornos altamente competitivos y cambiantes, en donde podría decirse que hablar de futuro es, prácticamente, hablar del hoy y del ahora mismo.

En el caso específico de las bibliotecas, los cambios que sucedan en el futuro, derivados de los avances tecnológicos, impactarán la teorización y conceptualización de los diferentes servicios bibliotecarios, dando pie incluso a importantes transformaciones en cómo son ofertados y proporcionados. Desde mi punto de vista, las bibliotecas abiertas al futuro deben considerarse desde una perspectiva tecnológica y, consecuentemente, a través de un conjunto de innovaciones implícitas aplicadas a la técnica y a los procedimientos empleados en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades de información.

Obvio, las tareas sustantivas que realizan los bibliotecarios no están exentas de cambios, adecuaciones, actualizaciones, etcétera, según lo demande una “biblioteca del futuro”.

Dentro de este fenómeno tecnológico llevado al campo de las bibliotecas, éstas han recibido diferentes nombres en distintas décadas: biblioteca automatizada (1960), con la incorporación de las primeras computadoras para automatizar tareas propias de adquisiciones, generar bibliografías, listados, tarjetas catalográficas y préstamo de materiales bibliográficos; biblioteca electrónica (1970), con la premisa de convertir documentos impresos a archivos de computadora; biblioteca virtual (1980), asociando éstas a una realidad virtual, no de espacios físicos, donde los usuarios pudiesen acceder a la información de forma remota; biblioteca de medios, al ser factible integrar en un mismo documento audio, video, imágenes, etc. hasta llegar a la década de 1990 con la última denominación que es la de biblioteca digital; que se origina del término dígito (número). Computacionalmente hablando, el texto, las imágenes y el sonido se configuran con dígitos en un lenguaje denominado binario que constituye el idioma universal de las computadoras. De tal manera, que ésta última engloba todas las denominaciones anteriores y cuya intención ha sido la de diferenciar a las bibliotecas que poseen tecnologías de información respecto de la bibliotecas tradicionales (Voutssás, 2007: 76-78).

En México, en 1996, en la UNAM se realizaron una serie de eventos con el propósito de analizar las tendencias y tratar de entender las problemáticas a las que se podrían enfrentar las bibliotecas. Estela Morales, señalaba en ese entonces que:

La biblioteca del futuro (…) conservará los elementos esenciales que la van a tipificar como biblioteca: rescate, acopio, organización, conservación y difusión del (…) conocimiento universal; sólo que la forma de hacerlo variará y el énfasis de sus programas estará en lograr acercar al usuario y a la información, independientemente de la ubicación y el formato (Morales, 1996: 30).

Algunas características a destacar de una biblioteca del futuro, tecnológicamente hablando, señaladas por la misma autora, son:

  • Oferta de Información amplia y variada a través de desarrollos tecnológicos.
  • Servicios de información remotos, accesibles desde entornos académicos, sociales y domésticos.
  • Innovaciones que generen nuevos productos informativos o nuevas versiones a las ya existentes.
  • Programas de ayuda al usuario, para que auto accedan a la información de su interés (Ídem).

Jovv Valdespino, en uno de los eventos mencionados, destacó que:

  • La información en el futuro será producida, transmitida y consumida en forma electrónica.
  • Las bibliotecas tradicionales basadas en impresos (…) darán paso a las dinámicas bibliotecas digitales con mecanismos flexibles y eficientes para localizar, organizar y personalizar una vasta información de multimedia.
  • Una multitud de nuevos medios, tipos de datos y redes de cómputo de alta velocidad revolucionarán nuestras concepciones de libros, bibliotecas, investigación científica, enseñanza-aprendizaje, propiedad intelectual y comercialización (Valdespino, 1996: 129).

Según Brenda Cabral, Reyna Ramírez y Hugo Figueroa, consideran que:

  • Proporcionan información en cualquier tiempo y lugar.
  • Proporcionan acceso a colecciones de información multimedia, construidas gracias a la integración de textos, imágenes, video, grabaciones sonoras, etcétera, en versión digital.
  • Permiten el acceso y la representación personalizada de la información, así como mecanismos para recuperar información relevante.
  • Mejoran las actividades colaborativas tales como la investigación, el aprendizaje y el diseño, al reducir las barreras del tiempo y la distancia (…).
  • Prestar servicios simultáneamente a un gran número de usuarios que pueden estar geográficamente en distintas localidades las 24 horas, los 365 días del año.
  • Localizar más documentos (…) con alto grado de relevancia, dentro de un universo mucho mayor de posibilidades, por la capacidad de realizar búsquedas y recuperación de información en texto completo, así como poder recuperar objetos digitales en diversos formatos.
  • Acceso a la información, mediante conexión en red, con mayor rapidez que en la biblioteca tradicional (Cabral, et al., 2007: 119-124).

Marquina (2014) y un grupo de bibliotecarios españoles, apenas el año pasado, señalaron algunas características con las cuales contarán las bibliotecas, considerando hasta el año 2020:

  • Acceso a WIFI y a nuevas tecnologías.
  • Atención directa (in situ, a distancia y online) con los usuarios a través de medios sociales o página web.
  • Servicio de autopréstamo.
  • Préstamo de libros electrónicos.
  • Biblioteca abierta en cuanto a tiempo (24 horas…) y en cuanto a espacios virtuales (accesible totalmente online a todo tipo de contenidos).
  • Interacción con los usuarios vía redes sociales.

En el caso de la Biblioteca “Dr. Ramón Villarreal Pérez”, se puede afirmar que, de alguna u otra forma, durante sus cuarenta años de historia, no ha estado ajena a las tendencias globales ya mencionadas.

Finalizaba la primera década de la Biblioteca y Dulce María Liahut y Enrique Jiménez sostenían, al referirse al sistema de automatización, que:

La moderna tecnología permite poner al alcance de todos o de muchos la información (…) Aprovechemos [el] desarrollo tecnológico y los recursos disponibles y apliquémoslo en bien del desarrollo de la sociedad proveeyéndola [sic] más y mejor de recursos informativos (…) no asumamos la automatización bibliotecaria como una moda (…), asumámosla como una necesidad para difundir más eficientemente el conocimiento plasmado en documentos y también el que no lo está (Liahut y Jiménez, 1984: 127).

Yépes, hablando en general de las bibliotecas de la UAM, afirmaba que “en los últimos años, se han acrecentado los servicios que ofrecen; su automatización las coloca a nivel de vanguardia y las conecta con otros centros de educación superior e instituciones diversas” (1995: 3). Aquí resaltan dos aspectos: el primero, la referencia a que todas las bibliotecas de la UAM estaban automatizadas; no sólo la de Xochimilco, como ya se refería una década atrás. Y la segunda, que es de llamar la atención, al señalar la posibilidad de conectarse con otros centros de información. Esta conectividad era posible ya con tecnología computacional.

El Dr. Tefko Saracevic, profesor de la Rutgers University, N.J., en 1996 impartió un curso en la Unidad Xochimilco. Retomaré alguna apreciación que considero útil respecto al tema en cuestión:

Los sistemas de información en bibliotecas son cada vez más importantes por el proceso de transición en el que están involucradas, en el cual se incorporan (…) recursos electrónicos que tienen que entrar en equilibrio con los tradicionales, ya que actualmente son más las bibliotecas que están adoptando el concepto de bibliotecas sin muros (Saracevic citado por Yépes, 1995: 3).

De la biblioteca argumentó que “es un espacio bien equipado, con ambiente físico adecuado y con servicios de tecnología moderna (…), que está al mismo nivel que los servicios que prestan (…) en otros países” (ídem).

En 2011, cerca de la cuarta década de existencia de la UAM, entra en operación la Biblioteca Digital como un esfuerzo compartido y centralizado a través de la Rectoría General:

Con apenas dos años en funcionamiento, (…) es ya una de las tres mejores (…) con un acervo de 13,000 títulos de revistas electrónicas y 160 bases de datos de libros, patentes, enciclopedias, diccionarios y papers (…).

El acceso a los servicios de información en formato digital que ofrece este espacio es gratuito y está abierto a toda la comunidad universitaria (…) tanto dentro como fuera de la universidad (…)

En la parte técnica, el nuevo modelo de [biblioteca] digital contiene servicio de metabúsqueda, guías, manuales y tutoriales en línea para ayudar a los usuarios en la aplicación de los recursos electrónicos (Vera, 2013: 6).

Lo anterior, hace evidente la preocupación y la ocupación que se ha tenido en la UAM por acercar la información a nuestra comunidad a través de métodos, técnicas y estrategias tecnológicas. Sin dejar de atender la parte tradicional de la biblioteca y sus servicios.

En la actualidad, la Rectoría de Unidad plantea los siguientes objetivos que necesariamente involucran a la Biblioteca:

  • Continuar con la optimización de los servicios conservando las actuales prestaciones y mejorando la administración de los mismos.
  • Fortalecer las diferentes tecnologías de la información ya existentes e incorporar nuevas, modernizar y ampliar la actual infraestructura de cómputo tanto en equipos personales como en equipos de red fija y móvil para facilitar el acceso a (…) biblioteca.
  • Promover un amplio uso de los recursos electrónicos (libros, revistas, base de datos, etc.) y de otros servicios a distancia que actualmente existen.
  • Ampliar el alcance de sus servicios a través de herramientas informáticas funcionales y de vanguardia.
  • Continuar con el diseño y creación de un sistema de información institucional que permita la incorporación expedita hacia la biblioteca, de material impreso a formato digital.

En el futuro, como consecuencia de la globalización de la que nadie podemos escapar, con seguridad formaremos parte de las tendencias, características y nominaciones que se creen en función de lo que nos oferten las industrias editorial, de la información y tecnológica. Trinomio que, desde hace más de tres décadas, ha convivido estrechamente con las bibliotecas en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades de los usuarios de la información.

Finalizo, con una frase para la reflexión:

« La tecnología por sí sola no basta.
También tenemos que poner el corazón. »
Jane Goodall

Información recuperada del documento de trabajo de la Dra. Patricia Alfaro, para contender por la Rectoría de Unidad, dado a conocer el 22 de octubre del 2013.

Referencias consultadas

CABRAL, B.; RAMÍREZ, R. y H. A. FIGUEROA (2007). “La biblioteca digital” en Figueroa y Ramírez (Coords.) Tecnología de la información, México, UNAM, FFyL.

HERNÁNDEZ, L. (1996). “Modernización significativa en las bibliotecas de México” en Semanario de la UAM, 3(3), 8, México.

LIAHUT, D. M. y E. JIMÉNEZ “Las enseñanzas de la experiencia en el sistema automatizado de la biblioteca de la UAM – Xochimilco”, en Primer Coloquio sobre la Automatización en las Bibliotecas de México, 14, 15 y 16 de noviembre de 1984. México, Universidad de Colima; UAM-Xochimilco.

MARQUINA, J. (2014) Repensando el futuro de la biblioteca. Disponible en http://www.julianmarquina.es/repensando-el-futuro-de-la-biblioteca/ [Consultado el 23 de enero del 2015]

MORALES, E., (1996). “La biblioteca del futuro” en Rodríguez y Morales (Coords.) La biblioteca del futuro. México, UNAM, DGB.

ORTÍZ, V. y P. MOSCOSO La biblioteca digital: inventando el futuro. Disponible en http://www.bibliociencias.cu/gsdl/collect/eventos/import/La%20Biblioteca%20Digital.pdf [Consultado el 26 de enero del 2015]

VALDESPINO, J., (1996). “La biblioteca del futuro” en Rodríguez y Morales (Coords.) La biblioteca del futuro. México: UNAM, DGB.

VERA, L. (2013). “La biblioteca digital de la UAM, entre las tres mejores del tipo en México” en Semanario de la UAM, Vol. XIX, Núm. 39, Pág. 6, México.

VOUTSSÁS, J. (2007). “Las bibliotecas y el bibliotecario profesional en la era digital” en Figueroa y Ramírez (Coords.) Tecnología de la información, México, UNAM, FFyL.

YÉPEZ, J. (1995). Fortalecimiento de las bibliotecas de nuestra universidad en Semanario de la UAM, 1(33), 3.

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